miércoles, 26 de marzo de 2008

El tren del fin del mundo – Ushuaia – Argentina

En el año 1883, el Presidente Julio Argentino Roca presenta un proyecto de Ley al Congreso de la Nación, el cual propicia una " colonia penal al sur de la República ". En su mensaje a los legisladores alude a los buenos resultados obtenidos con iniciativas similares por Francia en Nueva Caledonia y Argelia y por Inglaterra en Australia.

La ley no se había sancionado cuando, en 1884, llegan los primeros presos civiles a Ushuaia. Son elegidos por sus aptitudes físicas y por sus habilidades manuales para la instalación de una estación de la Prefectura en Tierra del Fuego y en Isla de los Estados y para la construcción de un Faro . Al frente de la misión está el Coronel de Marina Augusto Laserre quien, el 12 de octubre de ese mismo año, funda Ushuaia, vocablo de la lengua de los aborígenes Yamanas que significa: " Bahía Profunda hacia el Oeste ".

A los pocos días, el Presidente Roca promulga la ley por la que se organiza los Territorios Nacionales en nueve gobernaciones. Una de ellas es Tierra del Fuego. Y el 27 de junio de 1885, por decreto, fija en Ushuaia la capital de la gobernación más austral. A fines de 1895, el Congreso sanciona la Ley 3.335 cuyo artículo 1º dispone: "las penas correccionales o de prisión que los jueces de la Capital Federal y Territorios Federales impongan a los reincidentes por segunda vez, serán cumplidos en los Territorios Nacionales del Sur que el Poder Ejecutivo designe al efecto".

El 3 de enero de 1896, se designa al territorio de Tierra del Fuego para el cumplimiento de dicha Ley y se encomienda a su gobernador el proyecto de construcción y la reglamentación del Penal. Pocos días después, en instalaciones provisorias y absolutamente precarias, se habilita en Ushuaia la Cárcel de Reincidentes.

En los primeros meses del siglo, el Penal recibe a sus primeros habitantes. Son condenados a pena de presidio, un peldaño anterior a la pena de muerte según el Código Penal de la época. Se trata de reclusos de la peor calaña , la hipótesis de colonización pierde sentido. El ingeniero Catello Muratgia, segundo director del penal, comienza la construcción definitiva de un establecimiento carcelario adecuado y el 15 de septiembre de 1902 , coloca la piedra fundamental.

La cárcel se construye con materiales de la zona: roca basáltica, madera de los bosques, arcilla y arena del suelo da la región y de los riachos cercanos. La mano de obra la constituyen, por cierto, los penados. Para trasladar los materiales se monta el XILOCARRIL , es decir un tren que circula sobre rieles de madera. Su trocha tiene menos de un metro de ancho y su tracción la forman fuertes bueyes que arrastran los vagones playos por sus humildes vías. Años después, el ingeniero Muratgia le hace saber al Ministro de Justicia la necesidad que tiene de "varios kilómetros de vía Decauville". A finales de 1909 y principios de 1910, se registran los primeros movimientos ferroviarios .

Las vías "Decauville" con trocha de 60 centímetros, comienzan a prestar su servicio e inicia su trabajo el "Tren de los Presos", tal como se lo conoció en la voz popular. El trencito une el Presidio con el campamento de tala de bosques, para ello, cruza la ciudad por la costanera. El nuevo tren se convierte una herramienta fundamental para terminar la construcción y, también, en un aliado que asegura la leña para cocina y calefacción del presidio durante todo el año.

Durante dos décadas, el tendido ferroviario avanza sobre la ladera oriental del Monte Susana y, cuando las locomotoras originales no pueden acceder a las partes más elevadas de ese sector, se continúa el ramal por el centro del valle del Río Pipo, adentrándose, más tarde, en lo que hoy es Parque Nacional Tierra del Fuego.

En el Presidio se instalan talleres con la idea de ocupar a los presos en algo útil y prepararlos en un oficio para encontrar trabajo una vez que recuperaran la libertad. Se les asigna una remuneración por jornada de trabajo. Así nace el aserradero, la carpintería, la ebanistería, herrería, panadería, taller de fotografía, imprenta, sastrería, zapatería y todos se ponen a disposición del pueblo como también el servicio médico y la farmacia con que cuenta la cárcel.

Los habitantes de Ushuaia también se benefician con la extensión de servicios como el de electricidad y el de agua corriente así como por la construcción de calles, caminos, plazas y puentes realizados por los mismos presos. El duro trabajo sigue hasta el cierre del penal, ordenado por decreto presidencia de marzo de 1947 en atención a razones de orden penitenciario .

El predio del Presidio pasa a la Armada Argentina y se transforma en asiento de la Base Naval . Los marinos reemplazan a los presos. Y dos años más tarde, en 1949, se produce el terremoto más violento del siglo en la isla . Gran parte del tendido ferroviario queda bloqueado y el tren parece haber llegado al fin de sus días. Sin embargo, el gobierno hace el esfuerzo de ponerlo de nuevo en servicio. Es apenas una prórroga de la agonía.

En 1952 el "Tren de los Presos" deja de circular , se acalla su ruido de vapor y con él se disuelve el último vestigio de las rudas voces de aquellos presos que hicieron patria, de aquellos presos que buscaron redimirse consigo mismo ante la tremenda soledad austral. Cuarenta y dos años después de su último servicio, en 1994, el tren más austral del mundo, el "Tren de los Presos", retoma su recorrido histórico . Las comodidades son distintas pero el espíritu emprendedor busca rescatar el esfuerzo de aquellos hombres rudos que nos precedieron.

"El Ferrocarril Austral Fueguino" (FCAF) se encuentra en las afueras de la ciudad de Ushuaia, continuando la ruta nacional 3 (a 15 minutos del centro de la ciudad), hacia el "Parque Nacional
Tierra del Fuego".

"La Estación del Fin del Mundo", es la estación cabecera de este ferrocarril y se encuentra próxima al Valle del Río Pipo, entre el Monte Susana y la cadena montañosa Le Martial .

Hoy, visitar el "Tren del Fin del Mundo", es un paseo que llevará al turista a conocer parte de la historia de Tierra del Fuego, Ushuaia, su penal y de lo que un día fuera el tren del presidio. Paisajes deslumbrantes, conformados por montañas nevadas, ríos, lagos, cascadas y bosques vírgenes en la Cordillera de los Andes, todo en un viaje único, cuyo recorrido durará un poco más de dos horas.

Se parte desde la Plaza Cívica de Ushuaia, donde se encuentra el Muelle Turístico. Un corto viaje en ómnibus por la Ruta Nacional Nº 3 lo conduce a la Estación del Fin del Mundo, a 8 kilómetros al oeste de la ciudad.

Una vez en la Estación Central, se encuentra una réplica del "Trencito de los presos". Se recorre uno de los senderos utilizados por los presidiarios decenas de años atrás, para abastecer de leña a la comunidad.

Además de transitar por bosques centenarios, ríos, valles y turbales de gran belleza, este paseo tiene una parada en la cascada de La Macarena, donde se puede descender hacia un campamento indígena (campamento típico de una de las cuatro comunidades aborígenes que habitaron Tierra del Fuego desde tiempos inmemoriales) o ascender hasta observar la naciente de la cascada en la cadena Le Martial.

Serpenteando el Río Pipo, el tren continúa atravesando sectores que muestran la huella que fueron dejando los presos en su rutina diaria de cortar árboles durante casi medio siglo de labor ininterrumpida. Luego de bordear el turbal, suelo característico de Tierra del Fuego, sobre el que se desarrolla un musgo llamado Sphagnum, el tren arriba a la "Estación del Parque", donde se disfruta de un coche bar y se utilizan las instalaciones sanitarias provistas en coches habilitados para tal efecto sólo en determinados días de temporada alta.

Fuente: Tren del fin del mundo (Webpage), Enjoy Patagonia.com y Wikipedia
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